Modernidad y posmodernidad
El cultivo de las ciencias y su aplicación al estudio de los muchos problemas existentes en nuestro país tuvo que fundarse en la convicción de que la razón sirve para conocer la realidad y no para esgrimirla en vanas especulaciones sobre textos caducos.
El primer paso para ello fue la separación de entre la teología y la ciencia. El aspecto de la filosofía de René Descartes sirvió para sustentar las discusiones filosóficas, históricas y sociales de la ciencia.
El hombre de ciencia mexicano del siglo XVIII respondía a una necesidad de hacer un inventario de la riqueza nacional y cultural que poseía el país. Con este movimiento, los mexicanos se pusieron en contacto con los investigadores de muchos países europeos, así la concepción del mundo correspondió a la universalidad de la ciencia moderna.
El florecimiento de la ciencia moderna se produjo fuera de las instituciones académicas, primero su cultivó de manera privada y luego se extendió a los centros secularizados. La figura central del movimiento científico fue José Antonio Alzate, quien publicó una gran cantidad de textos de divulgación de conocimientos científicos.
Otro personaje importante fue Benito Díaz de Gamarra cuyos trabajos eran una crítica demoledora en contra de la escolástica y una forma de inducir hacia el conocimiento crítico y a la reflexión de las ideas de los científicos que se propagaban durante la época.
En términos de corrientes culturales, el postmodernismo designa generalmente a un amplio número de movimientos artísticos, culturales y filosóficos del siglo XX, definidos en diverso grado y manera por su oposición o superación del modernismo.
En sociología en cambio, los términos postmoderno y postmodernización se refiere al proceso cultural observado en muchos países en los últimas dos décadas, identificado a principios de los ’70, esta otra acepción de la palabra se explica bajo el término postmaterialismo.
Las distintas corrientes del movimiento postmoderno aparecieron a lo largo del tercio central del siglo XX. Histórica, ideológica y metodológicamente diversos, comparten sin embargo un parecido de familia centrado en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el proyecto modernista fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones actuales.
Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que considera una forma refinada de teología autoritaria, el posmodernismo defiende la hibridación y la cultura popular.
Fuente: Teoría del conocimiento de la facultad de contaduría y administración, UNAM.