Nucleótidos biocatalizadores
Además de la importancia de los nucleótidos como subunidades de los ácidos nucleicos, algunos de ellos desempeñan funciones biológicas de vital importancia dentro de las células vivas. El adenosintrifosfato (ATP) es un nucleótido formado por adenina, ribosa y tres grupos fosfato, dos de los cuales se encuentran unidos al nucleósido por enlaces especiales ricos en energía, en el sentido de que en el momento de hidrolizarlos se libera una gran cantidad de energía biológicamente.
Útil que puede ser transferida a otras moléculas, al mismo tiempo que el ATP Se transforma en adenosindifosfato (ADP) y por ultimo en adenosinmonofosfato (AMP) o AMP cíclico (AMPC).
La mayor parte de la energía química de la célula está almacenada en esos enlaces, lista para ser liberada en cuanto el grupo fosfato sea transferido a otra molécula.
No menos importantes son los trifosfatos de bases nitrogenadas distintas de la adenina, así como los nucleósidos con desoxirribosa necesarios para la síntesis del ADN.
Efectivamente, el nucleótido análogo (estructuralmente, no en cuanto a sus propiedades químicas) al AMP con desoxirribosa (dAMP) es uno de los nucleótidos que forman el polímero ADN.
Las células contienen además varios dinucleótidos que son fundamentales para los procesos metabólicos.
El NAD* (nicotinamida adenindinucleótido) es muy importante como aceptor primario de electrones e hidrógeno en las oxidaciones biológicas intracelulares; consta de un nucleótido de nicotinamida (vitamina del grupo B), ribosa y un grupo fosfato unido a un segundo nucleótido formado por adenina, ribosa y fosfato.
En otras reacciones, de forma análoga actúan el NADP, que sólo difiere del anterior por tener un tercer grupo fosfato unido a la ribosa de la adenina, y el
FAD (flavina adenindinucleótido), que contiene riboflavina o vitamina B2.