Origen de la vida
Aquello que llamamos vida es el producto de la evolución que siguieron determinadas moléculas en un determinado estadio de la atmósfera primitiva de la Tierra, concretamente cuando dicha atmósfera experimentó un cambio sustancial pasando de ser reductora a ser oxidante. Naturalmente, tal afirmación sólo tiene categoría de hipótesis, ya que las rocas más antiguas de nuestro planeta, formadas hace más de 3,500 millones de años, han desaparecido por completo; pero en todo casó se trata de la hipótesis más respaldada actualmente por los biólogos.
Origen de la vida
La atmósfera primitiva de la Tierra, formada fundamentalmente por metano, amoniaco, vapor de agua e hidrógeno, carecía prácticamente de oxígeno libre, así como de la capa de ozono hoy existente que la protege de las radiaciones solares ultravioleta.
La energía procedente de tales radiaciones, así como la procedente de la desintegración de los elementos radiactivos y el calor reinante en aquella época fueron atomizando las moléculas de los gases primitivos, liberando radicales que se recombinaron para formar moléculas de nuevo diseño que fueron acumulándose en los mares primitivos y evolucionaron hacia moléculas orgánicas cada vez más complejas a través de un largo proceso de selección natural.
En el seno de este mar primitivo, al que los biólogos han llamado caldo primitivo, surgieron las primeras formas de vida, que en un principio no fueron sino simples agregados de macromoléculas (los llamados coacervados) aislados del medio circundante por una especie de membrana a través de la cual absorbían ciertos elementos.
De entre los coacervados más estables, aquellos que contenían ácidos nucleicos y enzimas apropiados para su replicación constituyeron las primeras formas de vida, que en un principio fue anaerobia (sin oxígeno libre) y heterótrofa (a expensas de la materia orgánica presente en el caldo primitivo).
Al ir cambiando las condiciones de la atmósfera y agotarse las reservas de materia orgánica metabolizable para estos primitivos organismos, aparecieron nuevas formas de vida basada en una nutrición atótrofa; los organismos fotosintetizadores proliferaron y enriquecieron la atmósfera en oxígeno libre, posibilitando la vida aerobía y en la tierra emergida gracias a la formación de la capa de ozono.