Otros niveles de organización de la vida
El nivel de organización de la vida celular consiste en que la célula es la unidad biológica más elemental dotada de vida propia. Está compuesta de una masa gelatinosa (citoplasma) rodeada de una membrana en su interior se hallan en suspensión subunidades altamente especializadas llamadas orgánulos celulares que a su vez están formados de moléculas más o menos complejas. Entre las moléculas carentes de vida propia y la célula se encuentra la frontera entre la materia inerte y la materia viva.
En esta frontera se encuentran macromoléculas tales como el ácido desoxirribonucleico (ADN) presente en los cromosomas del núcleo celular y principal reservorio de la información genética, y los virus, considerados como las formas más elementales de vida, aunque carecen de autonomía metabólica al igual que los ácidos nucleicos.
Las células más complejas están representadas por los organismos unicelulares ya que en este caso una sola célula asume todas las funciones vitales. Incluso en una colonia formada por la asociación de varios individuos unicelulares, cada individuo mantiene la capacidad de vivir independientemente.
Orgánico
En los organismos pluricelulares existe; además, un nivel de organización superior que permite una mayor complejidad biológica: las células se agrupan y se especializan para formar tejidos, los cuales a su vez están organizados en estructuras llamadas órganos con misiones determinadas (corazón, pulmón, riñón, etc.).
A un nivel todavía superior se encuentran el aparato y el sistema, resultantes de la interacción coordinada entre varios tejidos y órganos para realizar un conjunto de funciones biológicas afines.
Ejemplos son el aparato digestivo, el sistema circulatorio o el aparato reproductor, entre otros. Este nivel de organización implica la especialización de las células, lo que permite una división del trabajo fisiológico entre los diferentes tipos de células (células nerviosas, epidérmicas, etc.); pero también una coordinación de las diferentes funciones que éstos realizan.
Para que todo el conjunto (células, tejidos, órganos, aparatos y sistemas) sea funcional son necesarios tres niveles de actividad: transporte de materiales para hacer llegar el alimento a todas las células del organismo (sistema conductor de las plantas y sistema circulatorio de los animales), un control fisiológico de todas las células y sus funciones (mediante hormonas vegetales y animales) y conducción de los impulsos (sistema nervioso, exclusivo de los animales).
Ecológico
Pero la vida no se concibe en un individuo aislado del resto de sus congéneres y de los demás seres vivos, de aquí que existan niveles de organización biológica todavía más complejos como la población, o conjunto de los individuos de una especie que viven en una determinada área geográfica, y la comunidad conjunto de todos los habitantes de una zona (vegetales y animales) entre los cuales existe una mayor o menor dependencia en relación al espacio, el alimento, etc.
La rama de la biología que estudia las relaciones entre las diferentes poblaciones que forman una comunidad y las relaciones entre estos organismos y el medio físico que les rodea es la ecología, cuya unidad de organización fundamental es el ecosistema, es decir una comunidad junto con el medio físico en que vive.
Los ecosistemas, no obstante, no son independientes entre sí, ya que la alteración del equilibrio en un determinado medio puede desarrollar un efecto en cadena que altere el equilibrio de ecosistemas colindantes.
En definitiva, todo ecosistema se puede considerar parte de otro nivel superior de organización, llegando de este modo a la unidad superior que engloba toda la vida terrestre, la biosfera.