Percepción de los sonidos
En cuanto a la percepción de los sonidos, cabe distinguir entre los ruidos y la música. Las notas musicales se distinguen de los primeros por el hecho de que constituyen sonidos cuya frecuencia es fija. Además de la frecuencia (altura) y la intensidad (volumen) de un sonido, cabe también considerar su calidad o timbre. Dicha noción se refiere a una percepción subjetiva, y así, se afirma que el sonido producido por la flauta tiene un timbre dulce, mientras que el de la guitarra es más áspero.
Sobre el timbre de un sonido influye, entre otros factores, la relativa debilidad o fuerza de los armónicos que acompañan al sonido fundamental.
Si bien cada instrumento tiene un timbre determinado, las ir diferencias en cuanto a su construcción pueden hacer que dos instrumentos del mismo tipo puedan tener timbres diferentes.
Por regla general, un instrumento produce simultáneamente muchos nodos de vibración de amplitudes distintas, cuya mezcla determina la calidad del tono o sonido que produce.
Esto se tiene en cuenta, por ejemplo, en el caso del diseño de los planos, para que la mezcla de sobretonos que se produzca sea la deseda.
Además, se procura que el golpe del macillo sobre las cuerdas se verifique en una posición que produzca un número suficiente de sobretonos altos y elimine aquellos que lo harían áspero.
Cuando una nota particular induce un zumbido o vibración en un objeto cercano, se dice que éste ha entrado en resonancia con la nota, lo que significa que su frecuencia natural de vibración es idéntica a la de dicha nota. Este fenómeno se produce siempre que un objeto vibra con su frecuencia natural a causa de los impulsos que recibe de otro sistema que vibra con la misma frecuencia.
El fenómeno de la resonancia se emplea en la construcción de los instrumentos musicales, y así, por ejemplo, el piano dispone de un dispositivo de resonancia que refuerza las notas de las cuerdas, añadiendo riqueza y volumen al tono.
Una fuente sonora estrechamente relacionada con nosotros es nuestra propia voz.
Se origina por la vibración de las cuerdas vocales, situadas en la laringe, al paso del aire que sale por la boca procedente de los pulmones.
Si bien todas las vocales se generan en las cuerdas vocales, algunas consonantes (como la z) se producen al paso del aire entre la lengua y los dientes del maxilar superior. Mientras que la calidad de la voz humana depende de la forma de la boca y la garganta (cavidades resonantes), su altura es función de la longitud y la tensión de las cuerdas vocales.
Finalmente, si bien existe una definición científica, de ruido como sonido compuesto por todas las frecuencias, en general la desintegración de ruido para un sonido es una determinación subjetiva no sujeta a criterios fijos.
Asimismo, se habla de niveles de ruido designando con esta expresión los niveles de la intensidad del sonido que son molestos o producen perturbaciones (niveles de ruido en el trabajo, en la calle, etc.) y que las legislaciones de cada país establecen y determinan.