Periodo clásico en el área del occidente de mesoamérica
El occidente mesoamericano se refiere al territorio que comprende actualmente los estados de Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Sinaloa. La diversidad de la situación geográfica en esta vasta extensión presenta rasgos y diferencias regionales de considerable interés. Encontramos una faja costera, que contrasta con las grandes elevaciones de la Sierras Madre Sur y Occidental, asimismo destacan las extendidas mesetas, varias cuencas lacustres y corrientes fluviales.
El conocimiento sobre lo que ocurrió en el periodo clásico en las regiones del occidente mesoamericano sigue siendo limitado. A grandes rasgos puede afirmarse que el desarrollo del clásico no alcanzó aquí el esplendor como el que tuvo las áreas del Altiplano central, de Oaxaca o la del ámbito maya. Se presentan influencias y penetraciones culturales de la civilización teotihuacana.
Tales influencias no se manifestaron en la creación de centros urbanos o de importantes recintos ceremoniales. Se han encontrado tan sólo pequeñas edificaciones entre las que cabe citar, las de El Otero, cerca de Jiquilpan en Michoacán.
En esta zona, no se ha descubierto vestigio alguno de la existencia o conocimiento de la escritura. Sin embargo, no hay duda de que la alfarería de occidente tiene personalidad inconfundible.
Dado que aquí no se emplearon moldes, cuanto se produjo, fue obra que salía individualizada de las manos del alfarero. Ejemplo de esto son la gran cantidad de vasijas, figuras de plantas, animales, seres humanos e incluso escenas de la vida diaria, o de ceremonias rituales.
Con respecto a la religión, se han hallado representaciones de deidades con los atributos de Huehuetéotl, «dios viejo»; de la diosa madre; y de la divinidad de la lluvia.
Realizaban culto a sus muertos y concebían la idea de la supervivencia en el más allá. Un ejemplo de esto son las tumbas encontradas frecuentemente en la zona.
En algunas de ellas, sobre todo en el valle de Colima, junto con otras ofrendas, han aparecido representaciones en barro de perrillos, los famosos xoloitzcuintli. Su presencia al lado del muerto, ha sido interpretada a veces en términos de la creencia de que quienes morían iban al más allá acompañados por un perrillo.