Periodo preclásico superior y la asimilación de la influencia olmeca
En esta etapa se da la primera consolidación de Mesoamérica como área cultural. Brotan nuevos y profundos cambios entre diversos pueblos de lenguas y orígenes diferentes, lo anterior gracias a la influencia proveniente sobre todo del ámbito olmeca. Es en Monte Albán, Oaxaca, y en las tierras habitadas por gente de filiación mayanse, donde la influencia olmeca dejó la más honda y rica huella. En la región central aparece una organización social más compleja.
Surge la distribución del trabajo, así como la formación de una jerarquía religiosa.
La religión se hace cada vez más compleja. Comienzan a adorar deidades como Tláloc el dios de la lluvia, y el que, habría de conocerse más tarde con el nombre de Huehuetéotl, «dios viejo» o señor del fuego.
Resumiendo, la etapa preclásica abarca más de dos mil años. Se nos presenta como un periodo acelerado de grandes cambios. Los grupos que conocen ya la agricultura experimentan transformaciones sucesivas y cada vez más importantes. Durante el periodo preclásico inferior surgen las aldeas, así como la producción de cerámica.
En el preclásico medio florece la cultura olmeca, que se caracteriza por logros antes no conocidos, como el establecimiento de centros ceremoniales planificados y con grandes edificaciones, la creación artística (escultura, trabajos de jade, etc.), más compleja organización social, religiosa y política, los inicios de la escritura y el calendario, y la capacidad de difusión por diversos medios.
Dentro del preclásico superior, aparecen nuevos focos culturales en las regiones central, del Golfo, oaxaqueña y del mundo maya, siendo ya antecedentes del esplendor clásico.