Polímeros de condensación
Entre los polímeros de condensación destacan las poliamidas, como el nylon. La etapa que controla la polimerización es la eliminación de agua entre un ácido y una amina para formar un enlace amídico. Para preparar el nylon 6,6 se calienta a 270 °C una mezcla de ácido adípico y hexametilendiamina bajo una presión de 10 atm. A continuación se prosigue el calentamiento a presión reducida, para eliminar los últimos residuos de agua, y por último se extrae el polímero fundido y se enfría.
De modo análogo se obtienen los poliésteres, condensando un ácido con un éster o bien mediante reacciones de transesterificación. En la fabricación de esta clase de polímeros se emplean frecuentemente el ácido terftálico y sus ésteres, que se hacen reaccionar con etilenglicol, eliminándose un alcohol de bajo peso molecular.
Inicialmente se produce un monómero que contiene dos unidades de etilenglicol, el cual, por calefacción a 280 °C pierde etilenglicol y origina el éster final al polimerizarse. El polímero obtenido se hila y se utiliza en la industria textil como Dacrón o Terylene.
Otros polímeros de condensación importantes son los poliuretanos, empleados para fabricar espumas de relleno de almohadas y cojines. El grupo uretano se obtiene por reacción de un isocianato con un alcohol.
Las espumas de poliuretano se forman a partir de un polímero inicial con grupos hidroxilo terminales al que se añade diisocianato para formar las uniones poliuretano. Durante la reacción se efectúa una adición controlada de agua para producir dióxido de carbono que actúa como agente espumante.