¿Qué es la misión?
Es un enunciado a través del cual, la empresa justifica en forma breve y clara la razón de su existencia.
En la misión se resumen: su propósito fundamental, las actividades que desarrolla; las necesidades que satisface o desea satisfacer; su base fundamental de clientes; así como los métodos con los cuales dará cumplimiento a todo lo anterior y cuidando que sea congruente con los valores y la filosofía de la organización.
Podemos considerar que algunas organizaciones redactan la visión y la misión. Una nos dirá que deseamos ser y otra nos dirá la razón de ser de los que forman la organización.
La misión se comprende como la razón de ser de cada miembro de la organización; es decir, el compromiso que se tiene en forma individual para alcanzar el fin colectivo, forma parte del individuo.
En ella, se identifica su ramo de actividad, se responde a tres preguntas fundamentalmente: ¿qué hago?, ¿para quién lo hago?, ¿cómo lo hago? Se debe identificar los grupos de interés, es decir, aquellos que saldrían beneficiados si se alcanza o no la misión. Esto es, ejecutivos, mandos intermedios, operativos, proveedores, organizaciones gubernamentales (Hacienda, IMSS, etc.), clientes y competencia.
También se deben considerar las fuerzas conductoras, es decir, aquello que compromete la organización con el cliente.
Por último, la ventaja competitiva que Michael Porter señala como posible gracias a tres fuerzas competitivas: liderazgos en costos, diversificación y la combinación de ambos: enfoque.
Para ello, hay que evaluar las fortalezas y debilidades de la organización, así como las oportunidades y amenazas de la competencia; este diagnóstico se conoce como FODA.
En comparación con la visión, la misión es más descriptiva y menos orientada al futuro; Es de carácter más general, de manera que deben traducirse en metas para ser verdaderamente útil y funcional.
Las metas son formulaciones relativamente concretas de los logros que persigue la organización en un periodo dado, cuya duración puede ser de uno a cinco años.
El establecimiento de metas es un proceso muy complejo, ya que las metas de la alta dirección deben combinarse con las de los empleados, cuyas necesidades psicológicas, sociales y económicas no pueden estar ausentes en las organizaciones.
Además, es probable que deban establecerse metas individuales, grupales y organizacionales; así, pues, para que sea posible instaurar un sistema social eficiente es necesario proceder a la tegración sustancial de esas metas.
Fuente: Apuntes de Administración IV del FCA de la UNAM