1. INTEGRAR LA COMISIÓN DE ACUERDO CON LAS NORMAS QUE MARACA LA LEY PERO TRATANDO DE QUE LA PARTICIPACIÓN SEA VOLUNTARIA.
2. DARLE A LA COMISIÓN LA IMPORTANCIA Y EL APOYO QUE NECESITA. Esto incluye: dar facilidades a los miembros para que asistan a las juntas, hacerles caso cuando hagan propuestas a la administración, reconocerles su trabajo y su esfuerzo, así como mantener a sus integrantes informa-dos sobre los resultados del programa de seguridad.
3. CUMPLIR CON EL PROGRAMA DE LA COMISIÓN MIXTA. No suspender las reuniones. Ser puntual al iniciarlas y al terminarlas. Elaborar las actas e informes oportunamente y distribuirlas a todos los involucrados. Si algún directivo se compromete a algo ante la comisión, se debe cumplir a informar-les de lo realizado.
4. SUGERIMOS QUE LAS REUNIONES DE LA COMISIÓN SEAN ATRACTIVAS, DINÁMICAS Y QUE TODOS LOS INTEGRANTES PARTICIPEN DE ALGUNA FORMA. Se puede incluso, cada cierto tiempo, rotar los cargos y las funciones durante las sesiones.
5. MANTENER UN PROGRAMA DE CAPACITACIÓN PARA LOS MIEMBROS DE LA COMISIÓN. Si una de sus funciones es la de investigar accidentes y otra la de efectuar inspecciones deben saber cómo hacerlo.
6. MOTIVARLOS CONTINUAMENTE PARA MANTENER SU COMPROMISO. El «riesgo» de que los integrantes de la comisión utilicen las reuniones para «atacar» a la organización se evita al centrarlos en lo que deben hacer y en los beneficios que ellos, sus compañeros de trabajo y la empresa, obtendrán al abatir los accidentes. Un miembro convencido de la comisión es un vocero de la seguridad ante sus compañeros de trabajo, y al pertenecer al mismo grupo que ellos, tiene más credibilidad y capacidad para convencerlos. Pero primero es necesario que él se convenza. Esto se puede lograr con eventos de capacitación y sensibilización. Pero lo más importante es que se les haga caso cuando informan de los riesgos que detectan.
Fuente: Apuntes de Higiene y seguridad industrial de la Unideg.