Separación de texas y la guerra de los pasteles
Entre 1819 y 1821 el gobierno español autorizó al angloamericano Moisés Austin colonizar el territorio de Texas, y en 1823 la República Mexicana otorgó una concesión a Esteban Austin, hijo de Moisés, para llevar nuevos colonizadores. Para principios de la década de 1830 había casi veinticinco mil habitantes en Texas, de los cuales nada más tres mil cuatrocientos eran mexicanos y los restantes, estadounidenses. En 1831, los colonos norteamericanos demandaron al gobierno Federal la separación de Texas de Coahuila.
Una vez establecido el gobierno conservador en la capital en 1835, los colonizadores dirigidos por Samuel Houston declararon su independencia de México en noviembre de 1835, puesto que se había roto el pacto federal que unía Texas con el resto de la nación mexicana, nombrando en marzo de 1836 como presidente de Texas al colono angloamericano David Bumett y como vicepresidente al mexicano Lorenzo de Zavala, quien había sido desterrado por Bustamante.
Tras una serie de triunfos para el ejército mexicano, en el fuerte Álamo y la plaza de San Antonio, el 21 de abril de 1836, las tropas dirigidas por López de Santa Anna fueron derrotadas por las fuerzas de Houston.
López de Santa Anna, aún prisionero de los separatistas, solicitó la intervención del presidente de los Estados Unidos para que fuera puesto en libertad a cambio de que se cumplieran fielmente los convenios firmados. El gobierno de los Estados Unidos intervino para su liberación y en febrero de 1837 López de Santa Anna regresó al puerto de Veracruz a bordo de un navío norteamericano, donde fue recibido por sus seguidores.
En 1827, Francia y México celebraron un convenio de amistad y comercio; sin embargo, para mediados de la década de 1830 todavía no se había concertado un tratado definitivo por haber diferencias comerciales. En marzo de 1838 una flota de guerra francesa toma Veracruz con la finalidad de que la República Mexicana pagara una serie de desmedidas indemnizaciones a franceses, por daños en sus personas o bienes durante las guerras civiles.
Entre las reclamaciones se encontraba la de un pastelero cuyo negocio había sido saqueado durante un motín popular; se exageraba en tal forma el monto de las pérdidas, que el conflicto armado que se produjo con Francia posteriormente fue denominado por el ingenio popular como «la guerra de los pasteles».
A finales de noviembre de 1838, la flota francesa ataca el puerto de Veracruz, tomando el control de la ciudad y del Castillo de San Juan de Ulúa el 28 de noviembre. El 30 de noviembre se declara la guerra al rey de Francia e inmediatamente López de Santa Anna se pone al frente de las tropas mexicanas para iniciar la defensa. Durante la acciones militares el ejército mexicano es derrotado.
En marzo de 1839, se firma un tratado de Paz en el que Francia, entre otras cosas, desistió de las reclamaciones relativas a los gastos de guerra. Por su parte, México se comprometió a pagar 600 mil pesos al gobierno francés.