Sexo y órganos sexuales
En bacterias, protistas y hongos existen procesos reproductores parecidos a los procesos sexuales de las plantas y los animales, aunque en muchos casos los individuos o los gametos son morfológicamente iguales (isogamia), aunque y diferentes desde el punto de vista bioquímico. El caso más atípico, denominado conjugación, es el que presentan los protozoos ciliados (aunque también se observa otro tipo de conjugación en bacterias).
Consiste en el intercambio de material nuclear entre dos individuos que se oprimen mutuamente por sus superficies orales y que reciben el nombre de conjugantes.
Dentro de cada conjugante el macronúcleo se desintegra y el micronúcleo entra en meiosis para formar cuatro núcleos hijos, tres de los cuales degeneran.
El núcleo viable se divide por mitosis y uno de los dos núcleos haploides idénticos permanece dentro de la célula, mientras el otro penetra en el otro conjugante y se fusiona con el núcleo haploide que encuentra.
El resultado de las dos fecundaciones idénticas es la formación de dos individuos gemelos entre si pero genéticamente diferentes de sus progenitores.
No obstante, generalmente se distingue un macrogameto femenino y un microgameto masculino (anisogamia), incluso en seres unicelulares como los esporozoos, los cuales producen en ciertas fases de su ciclo vital dos clases de individuos que vienen a ser los macrogametos y los microgametos, que se unen por parejas.
En algunas especies de hongos se produce una reproducción sexual entre los micelios de diferentes tipos de apareamiento, a los cuales se denomina tipos más (+) y menos (F).
Las esporas sexuales que se forman en los hongos responden a un mecanismo de reproducción sexual en el que los núcleos compatibles se fusionan para crear un cigoto diploide; luego tiene lugar una meiosis, con lo que se restablece la condición haploide del núcleo de la espora.
La anisogamia más acusada se da en las plantas y los animales, en los cuales el microgameto es móvil gracias a uno, (espermatozoides de los animales) o varios (anterozoides de las plantas) flagelos y se reduce en la mayoría de los casos a un núcleo rodeado de muy poco citoplasma, mientras el macrogameto es inmóvil y mucho más grande, ya que almacena en su voluminoso citoplasma las sustancias de reserva necesarias para los primeros pasos del desarrollo del embrión.
Los gametos se producen (gametogénesis) en órganos sexuales llamados gónadas. En las plantas, las gónadas masculinas suelen denominarse) anteridios y las femeninas arquegonios (oogonios en algas y hongos); en los ya animales, testículos y ovarios, respectivamente.
El sexo es el conjunto de caracteres estructurales y funcionales que distinguen al macho de la hembra, pero los individuos que elaboran a la vez gametos masculinos y femeninos se llaman hermafroditas.
Las plantas superiores a menudo producen flores hermafroditas (con androceo y gineceo), pero se reserva el adjetivo de monoicasa aquellas que presentan flore
En bacterias, protistas y hongos existen procesos reproductores parecidos a los procesos sexuales de las plantas y los animales, aunque en muchos casos los individuos o los gametos son morfológicamente iguales (isogamia), aunque y diferentes desde el punto de vista bioquímico.
El caso más atípico, denominado conjugación, es el que presentan los protozoos ciliados (aunque también se observa otro tipo de conjugación en bacterias), que consiste en el intercambio de material nuclear entre dos individuos que se oprimen mutuamente por sus superficies orales y que reciben el nombre de conjugantes.
Dentro de cada conjugante el macronúcleo se desintegra y el micronúcleo entra en meiosis para formar cuatro núcleos hijos, tres de los cuales degeneran.
El núcleo viable se divide por mitosis y uno de los dos núcleos haploides idénticos permanece dentro de la célula, mientras el otro penetra en el otro conjugante y se fusiona con el núcleo haploide que encuentra.
El resultado de las dos fecundaciones idénticas es la formación de dos individuos gemelos entre si pero genéticamente diferentes de sus progenitores.
No obstante, generalmente se distingue un macrogameto femenino y un microgameto masculino (anisogamia), incluso en seres unicelulares como los esporozoos, los cuales producen en ciertas fases de su ciclo vital dos clases de individuos que vienen a ser los macrogametos y los microgametos, que se unen por parejas.
En algunas especies de hongos se produce una reproducción sexual entre los micelios de diferentes tipos de apareamiento, a los cuales se denomina tipos más (+) y menos (F).
Las esporas sexuales que se forman en los hongos responden a un mecanismo de reproducción sexual en el que los núcleos compatibles se fusionan para crear un cigoto diploide; luego tiene lugar una meiosis, con lo que se restablece la condición haploide del núcleo de la espora.
La anisogamia más acusada se da en las plantas y los animales, en los cuales el microgameto es móvil gracias a uno, (espermatozoides de los animales) o varios (anterozoides de las plantas) flagelos y se reduce en la mayoría de los casos a un núcleo rodeado de muy poco citoplasma, mientras el macrogameto es inmóvil y mucho más grande, ya que almacena en su voluminoso citoplasma las sustancias de reserva necesarias para los primeros pasos del desarrollo del embrión.
Los gametos se producen (gametogénesis) en órganos sexuales llamados gónadas. En las plantas, las gónadas masculinas suelen denominarse) anteridios y las femeninas arquegonios (oogonios en algas y hongos); en los ya animales, testículos y ovarios, respectivamente.
El sexo es el conjunto de caracteres estructurales y funcionales que distinguen al macho de la hembra, pero los individuos que elaboran a la vez gametos masculinos y femeninos se llaman hermafroditas.
Las plantas superiores a menudo producen flores hermafroditas (con androceo y gineceo), pero se reserva el adjetivo de monoicas a aquellas que presentan flores unisexuales masculinas y femeninas en un mismo individuo, y dioicas a aquellas especies que presentan individuos con flores sólo masculinas y otros con flores sólo femeninas.
Entre los animales hermafroditas rara vez se da la autofecundación, sino que dos individuos copulan entre sí. Algunas especies, para evitar la autofecundación, cambian de sexo en el transcurso de su vida (protandria o protoginia).
s unisexuales masculinas y femeninas en un mismo individuo, y dioicas a aquellas especies que presentan individuos con flores sólo masculinas y otros con flores sólo femeninas.
Entre los animales hermafroditas rara vez se da la autofecundación, sino que dos individuos copulan entre sí. Algunas especies, para evitar la autofecundación, cambian de sexo en el transcurso de su vida (protandria o protoginia).