Sociedades animales
Muchos invertebrados inferiores -protozoos- forman poblaciones de gran densidad, la relación entre individuos es casual y viene dictada por la presión del medio. En animales con desarrollo avanzado del sistema nervioso, aparecen estructuras denominadas sociedades, donde existen relaciones interindividuales determinadas por normas de conducta y lazos de unión en los miembros del grupo.
Los insectos son invertebrados con un desarrollo especial de hábitos sociales. El hormiguero, con miles de individuos de la misma especie, es una estructura en la que cada uno de sus componentes desempeña una tarea concreta predestinada desde su nacimiento; lo mismo que las abejas, unos huevos generan obreras y otros, machos o reinas, o en el caso de hormigas, soldados.
El comportamiento de cada miembro de la colonia esta fijado en sus genes, pues el aprendizaje en estos animales es escaso.
En vertebrados, las sociedades son flexibles, por la capacidad de aprendizaje que muestran los animales, sobre todo en grupos superiores.
Los atunes, las sardinas o los arenques son peces que muestran un arraigado sentido social, formando grandes bancos como una unidad, aunque cada individuo es independiente; la ventaja de este agrupamiento es la defensa ante depredadores.
Los mamíferos pueden ir de rebaños de grandes herbívoros, guiados por un individuo experimentado, hasta grupos familiares y manadas de lobos o leones, con relación intensa entre sus componentes. En estos grupos no existen individuos especializados para cada función.
El territorialismo, como instinto de defensa de un área determinada (reproductora, de caza, etc.) frente a individuos de la misma especie, se halla muy extendido.