Tipos de métodos anticonceptivos
Por métodos tradicionales se entiende el preservativo o condón, el diafragma, los espermicidas locales y el método del ritmo u Ogino-Knaus. Los dos primeros, también llamados «métodos de barrera», tienen una eficacia similar, que ha aumentado con el perfeccionamiento de los materiales que intervienen en su fabricación. El condón existía ya en el año1350 a.C., época en que los egipcios lo usaban como envoltura decorativa del pene.
En el siglo XVIII empezó a hacerse popular como medio para prevenir la concepción y también las enfermedades venéreas. El preservativo, junto con la marcha atrás o coitus interruptus, habían constituido los dos métodos más utilizados por los hombres que tradicionalmente eran los responsables de la contracepción.
Con el paso del tiempo, la mujer empezó a compartir esta responsabilidad y su uso fue decayendo. Sin embargo, en los últimos años, el condón ha vuelto a ser uno de los métodos anticonceptivos más populares y, en los momentos actuales, con la irrupción de la plaga del SIDA, su utilización es prácticamente indispensable sobre todo en los casos en que no existe un perfecto conocimiento o una gran confianza en la pareja sexual.
El preservativo tiene la forma de un dedo de guante y suele venir enrollado dentro de un envoltorio. Antes de iniciarla penetración, se coloca en el glande y se procede a deslizarlo a lo largo del cuerpo del pene, al ser retirado este de la vagina, es preciso sujetar el condón por su parte superior a fin de que no se salga y se vierta el semen de dentro.
Si durante una relación sexual se efectúa más de un coito, es preciso usar un preservativo nuevo cada vez. Muchas personas, especialmente hombres, se lamentan de que el preservativo interfiere en sus relaciones sexuales ya que la falta de contacto directo con la vagina disminuye las sensaciones eróticas.
Otras, las menos, pueden presentar alergias a determinados materiales. Siempre hay el recurso de cambiar a otra marca, pero lo fundamental parece ser deshacerse de los prejuicios que, sin duda, existen en torno al uso del condón. Algunos autores defienden que sólo se quejan de una disminución de la sensibilidad aquellos hombres excesivamente preocupados por su pene. El diafragma o preservativo femenino es un anillo metálico elástico recubierto por una fina membrana de goma que se coloca dentro de la vagina a fin de tapar el cuello uterino.
Existen distintas tallas y es preciso que una persona profesional establezca cuál es la que cada mujer requiere. Suele colocarse unos 20 minutos antes del coito y se recomienda sacarlo unas 8 horas después; es desaconsejable que se conserve más de 24 horas. Los espermicidas son unas sustancias químicas en forma de pomadas, supositorios, tabletas o sprays que se colocan en la vagina unos 20 minutos antes del coito, a fin de inmovilizar y destruir los espermatozoides.
Por si solos, los espermicidas son poco eficaces, por lo que sólo son aconsejables si se utilizan como complemento al condón o al diafragma. El método Ogino, llamado así en recuerdo de su inventor consiste en evitar el coito durante los días fértiles. En un ciclo menstrual normal de 28 días, la ovulación se produce entre los días 12 y 16.
Teniendo en cuenta, por otra parte, que el espermatozoide no sobrevive mas allá de 72 horas después de la eyaculación, se concluye que la abstinencia sexual sólo debe limitarse al período comprendido entre los días 10 y 17 del ciclo. Para subsanar el problema de los ciclos irregulares se recomienda la toma de temperatura en estado de reposo más la observación del flujo vaginal para determinar el momento de la ovulación.
A pesar de ser un método poco seguro, por la gran cantidad de variables que intervienen, y de eliminarla espontaneidad en la relación sexual, continúa siendo un método muy utilizado debido a que es el único aceptado por la iglesia católica. Los métodos modernos son los más comunes en nuestros días.
La píldora anticonceptiva, descubierta en el año 1959 por Pincus y Chang, es una combinación de hormonas sexuales femeninas cuyo efecto es inhibir la ovulación. De las distintas combinaciones ensayadas en el transcurso de estos años, las más recomendables, haciendo una valoración conjunta de la eficacia y el riesgo, parecen ser aquellas que se toman diariamente con las dosis mínimas necesarias de estrógenos y progesterona.
La píldora anticonceptiva tiene algunas contraindicaciones así como efectos secundarios indeseables, por lo que debe ser utilizada bajo control médico. El dispositivo intrauterino (DIU) es una especie de espiral que, introducido en el útero actúa, al parecer impidiendo la anidación del óvulo fecundado. Se trata de un método de alta seguridad que suele ser bien tolerado. A veces, sin embargo, puede producir reglas más abundantes y largas de lo normal y dolores abdominales.
La perforación del útero por el DIU es una eventualidad rara. Aunque la elección del anticonceptivo depende de la mujer lo más conveniente es que lo comente y se deje aconsejar por un ginecólogo que sea de su confianza. Los únicos métodos anticonceptivos infalibles son los permanentes o quirúrgicos. En el caso de la mujer, la ligadura de trompas es una operación relativamente sencilla que impide el encuentro del óvulo con el espermatozoide.
En el caso del hombre, se realiza una intervención, aún más fácil, llamada vasectomía. Se practica un corte en los conductos deferentes para impedir así el paso de los espermatozoides a las vesículas seminales. Debido a la irreversibilidad de ambos métodos, no pueden ser aconsejados sin un estudio a fondo de las circunstancias de cada persona.