Transvanguardia
Surge en Italia hacia 1977 como reacción contra el minimalismo y el arte conceptual. La denominación fue acuñada por el crítico de arte Achile Bonito Oliva para referirse a la obra de una serie de pintores italianos sin afiliación concreta pero con rasgos comunes: la práctica de una pintura de caballete clásica con interés especial por los mitos y leyendas, y recurrir a las fuentes de la historia del arte con una consciente mezcla de estilos.
Una tendencia similar se desarrolla al mismo tiempo en Alemania y se conoce como neoexpresionismo. En EE.UU. el equivalente a las nuevas tendencias figurativo-expresivas europeas es la llamada «nueva imagen» así como la figuración gaffiti y el movimiento del pattern & decoration, que introducen planteamientos nuevos.
– Carácter abierto: el artista explora o transita (de aquí la denominación) todos los ámbitos para extraer las referencias que considera adecuadas para la realización de su obra, filtrandolas y presentandolas a través de su propia individualidad expresiva.
– Iconografía cristiana o pagana con una gran carga de ironía, parodia y a veces morbosidad.
– Plasmación de metáforas; evocación de mitos y arquetipos; a veces plasmación de motivos personales relacionados con la propia vida del artista.
– Predilección por la figura humana en actitudes incómodas y rebuscadas.
– Gusto por el ritmo curvo y ondulante.
– Preferencia por los formatos típicos de la pintura de caballete, a veces también grandes formatos.
– Combinación de elementos figurativos, abstractos, palabras, signos y técnicas diferentes en la misma obra.
– Predominio del efecto bidimensional sobre el de profundidad.
– Preferencia por el óleo, aunque es frecuente la combinación con otras técnicas (acrílicos, pinturas industriales, temple, acuarela, fresco).
– Colorido contrastante.
– De todos los ámbitos expresivos si n respetar ninguna tendencia concreta.
Fuente: Apuntes de Diseño contemporáneo de la U de Londres.