Tratamiento y cuidados para la ingurgitación mamaria durante la lactancia.
Una reciente investigación encontró que el dolor en los senos es la segunda razón más frecuente para dejar de amamantar dentro de las dos primeras semanas del nacimiento, siendo la ingurgitación mamaria una importante causa de dicho dolor.
Siguiendo al nacimiento, no es inusual que las mujeres experimenten una sensación de repleción, calor y pesadez en las mamas, todos ellos cambios fisiológicos que resultan de la producción de leche.
Si la leche no es removida mientras se está formando, el volumen de leche en la mama puede exceder la capacidad de almacenamiento de los alvéolos llevando a la ingurgitación mamaria.
Una vez que se alcanza la distensión alveolar, adicionalmente la producción de leche comienza a suprimirse. La ingurgitación lleva entonces a limitaciones en la frecuencia y duración de la lactancia así como a molestias para colocar correctamente el bebé al pecho.
La ingurgitación puede también ocurrir cuando se provoca el alejamiento del niño de la lactancia por introducción prematuro de suplementos alimenticios, o cuando se suspende en forma abrupta la lactancia por otros motivos.
Otras causas de ingurgitación son la poco frecuente exposición del bebe al pecho, el tiempo limitado de dicha exposición, y la incorrecta posición del recién nacido al pecho materno que lleva a una inefectiva remoción de leche.
De todo lo cual se desprende la importancia de una política de promoción de comportamientos que pueden llevar a prevenir la ingurgitación mamaria.
Así, cuando ocurre ingurgitación, es importante poder ofrecer a la madre los más efectivos tratamientos.
Existe una revisión sistemática que incluye ocho investigaciones clínicas aleatorizadas, cuyo objetivo fue comparar la efectividad de cualquiera de las intervenciones destinadas a aliviar los síntomas de la ingurgitación mamaria entre las mujeres que están amamantando.
Los tratamientos sugeridos para la ingurgitación mamaria van desde masajes, aplicación local de calor, paños fríos, hormonas (como el etilbestrol, oxitocina), plantas medicinales como hojas de col, ultrasonido, y antiinflamatorios.
Ninguno de estos tratamientos comparado con un placebo demostró ser mejor para el tratamiento de la ingurgitación, con excepción del antiinflamatorio que mejoró significativamente el total de los síntomas cuando se lo comparó con placebo (riesgo relativo 3.6, intervalo de confianza 95 %, 1.3 – 10.3).
La conclusión de los revisores fue que la prevención inicial de la ingurgitación mamaria continúa siendo la conducta prioritaria, debiéndose promover el acceso no restringido del recién nacido al pecho materno, y una adecuada posición, las cuales parecen ser todavía el método más efectivo para el tratamiento y prevención de la ingurgitación mamaria.
Fuente: Apuntes y notas de enfermería materno infantil del Conalep