Fase de planificación y preparación en el aprendizaje autorregulado

Desde la óptica del aprendizaje autorregulado, cuando tenemos que realizar una tarea se ponen en marcha varios procesos que referimos a continuación:

En primer lugar, se necesita llevar a cabo un análisis pormenorizado de la tarea que vamos a realizar. Este análisis debe permitirnos:

  1. Establecer de forma precisa cuáles son los objetivos y las metas que pretendemos conseguir con el desarrollo de la tarea.
  2. Elaborar un plan de acción para alcanzar dichos objetivos. Estos planes de acción deben contener un desglose de las tareas en subtareas más específicas, una planificación ajustada a los tiempos disponibles y la elección de las estrategias de ejecución más adecuadas.

Ahora bien, este tipo de análisis se ve siempre fuertemente influido por un conjunto de creencias personales que tienen un impacto directo sobre el nivel de interés y motivación de la persona por poner en marcha un plan de acción determinado. ¿Cuáles son esas creencias?:

  • Expectativas de auto-eficacia y percepción de competencia. La primera pregunta es ¿soy capaz de…? Nuestras expectativas están basadas en los resultados obtenidos previamente en la realización de acciones semejantes en el pasado y tienen un peso muy importante sobre la intencionalidad y motivación para hacer las cosas, así como sobre la persistencia en el esfuerzo.
  • Expectativas sobre la posibilidad de alcanzar los resultados deseables. En este punto la pregunta será ¿podré lograr los resultados previstos? ¿tengo los recursos necesarios?
  • Tipo de orientación hacia las metas. En la literatura científica pueden encontrarse distintas denominaciones a este tipo de valores o intereses. Dicho de forma resumida, ante una tarea académica podemos mostrar:
    • 1) una clara orientación hacia la mejora de nuestras competencias y el aprendizaje;
    • 2) hacia la demostración de nuestro valía a otros o
    • 3) hacia la evitación del fracaso.
  • Tipo de motivación. Aquí podemos hablar de dos tipos básicos de motivación, la motivación intrínseca, que es la que nos mueve a hacer cosas por el propio placer y satisfacción de realizarlas, de aprender; y la motivación extrínseca, que es aquella que subyace a las acciones que se realizan con la finalidad de obtener algo a cambio (por ejemplo, aprobar o complacer a otros).

Toda esta información previa es necesaria para iniciar la actividad de aprendizaje y permite detectar posibles deficiencias previas que podamos corregir una vez aprendamos a hacerlo (por ejemplo, repasar conocimientos previos requeridos, incrementar nuestro nivel de motivación, definir de una manera más clara los objetivos o establecer una planificación más realista, ajustada al tiempo disponible).

Fuente: Entrenamiento en competencias para el estudio autorregulado a distancia de la UNED, licencia Creative Commons License 2.5.