Futuro del consumismo

El consumismo está aquí para quedarse. El consumidor de mañana estará mejor educado, mejor situado, más critico. Tal vez le preocuparán menos los símbolos de estrato social y estará más ansioso de obtener información acerca del producto.

Esperará que la gerencia acepte mayores responsabilidades sociales, inclusive si esto resultara una reducción en utilidades a corto plazo. Para las gerencias que no se adapten a los estándares deseados, existirán más y más reglamentos gubernamentales, boicoteos y divisiones entre sus empleados.

No obstante, los autores quieren enfatizar que no existe inmutabilidad en cuanto a gustos. La libertad de elección en el consumidor es más importante social y económicamente de lo que lo es la conformidad a criterios establecidos. Lo que para un consumidor es desperdicio puede ser de utilidad para otro.

Vivimos dentro de una economía competitiva. El negocio prospera mientras ofrece a los consumidores lo que ellos quieren. Dado que la protección del consumidor se centra en guarecerlo de peligros que él no puede prever o evitar, y a hacer compulsivos los contratos, y a la reducción de fraudes y engaños, hay un mayor mérito al permitir a la competencia esforzarse en llegar a los gustos del consumidor respecto a variedad, cantidad y calidad de mercancías y servicios.

Los autores opinan que por conducto de los métodos de producción y distribución masivas el consumidor promedio americano ha podido asegurar una gran variedad de productos.

Sin embargo, debido a estas técnicas, es inevitable que los peligros inherentes a la producción en gran escala y a los procesos de distribución puedan dar por resultado productos defectuosos y estrategias mercadotécnicas desencaminadas.

Por consiguiente, los autores recomiendan que:

1. Los fabricantes establezcan procedimientos más efectivos de control de calidad.
2. Se desarrollen métodos en todos los niveles de la mercadotecnia para mejorar la comunicación.
3. Se establezcan estrategias de fijación de precios sobre una base unitaria objetiva para permitir que el consumidor haga comparaciones más realistas.
4. Los fabricantes tomen la iniciativa para fijar estándares de seguridad, servicio y certificación.
5. Se instituyan mejores procedimientos por medio de los cuales se canalicen las quejas de los clientes, vendedores y productores.
6. Se simplifiquen las garantías de los productos y se le dé más autonomía al distribuidor más cercano al consumidor para prestar servicio sobre estas garantías.
7. Las organizaciones de negocios patrocinen políticas y programas tendientes a proporcionar al consumidor más información y protección.
8. Se revalúen las estrategias de mercadotecnia y publicidad para así reflejar más efectivamente las evolutivas normas éticas y sociales de la generación más joven.
9. Los negocios hagan un mayor esfuerzo para prevenir los problemas sociales del consumidor.
10. Por último, se refuerce la imagen de las empresas ante los ojos de los consumidores.

Fuente: Apunte de la materia Psicología del Consumidor de la Unideg