Monitorización del aprendizaje

A lo largo de este módulo, hemos aprendido una serie de estrategias para llevar a cabo un aprendizaje autónomo y significativo, de modo que podamos construir nuestro conocimiento sobre una base firme que nos conduce al éxito en las pruebas de evaluación. Pero este aprendizaje debe ser además consciente y autorregulado. A esta consciencia de nuestro propio proceso de aprendizaje, lo llaman los expertos metacognición.

La metacognición hace referencia al conocimiento y control que ejerce la persona con respecto a su actividad mental, así como con otros aspectos relacionados con ellos, con el fin de alcanzar un objetivo concreto. De este modo, cuando me propongo hacer una primera lectura de un texto para detectar las señales de su estructura, comprendo que debo verificar por segunda vez un resultado antes de aceptarlo como verídico o cuando se me ocurre que haría bien en examinar todas y cada una de las alternativas en una elección múltiple antes de decidir cuál es la mejor… en todas estas acciones, el sujeto está aplicando técnicas metacognitivas al servicio de un fin. Esta actividad contribuye a:

  • El establecimiento de nuevas metas o a revisar o abandonar las anteriores: si nos habíamos propuesto elaborar un mapa conceptual pero observamos que se trata de un texto muy complejo, y observamos que tenemos dificultades en comprender un texto, podemos modificar nuestra meta y tratar de definir los conceptos y términos que no entendemos antes de adentrarnos a realizar el mapa conceptual. Como consecuencia de lo anterior, participa de forma activa en la selección y rectificación de las estrategias específicas.
  • La actuación metacognitiva nos permite adoptar una posición más realista en cuanto al conocimiento de nuestras propias competencias y limitaciones en la medida en que las supervisamos, tomando como referencia a nosotros mismos o comparándonos con otros modelos externos.
  • Incrementa o depurar nuestro propio conocimiento acerca de cómo hacemos –o deberíamos hacer- las tareas.

Toda actividad metacognitiva consta de dos elementos conocimiento y regulación, el primero se refiere a:

  • Nosotros mismos: los conocimientos y creencias que la persona como aprendiz posee en relación a su propio conocimiento y sus capacidades, sus límites, sus potencialidades, con relación a los distintos temas o dominios, y con respecto al conocimiento que posee en comparación con los “otros” que conoce (compañeros, profesores, etc.) o con las personas en general. Los conocimientos que posemos acerca de nuestra propia forma de saber y aprender determinarán en gran medida nuestra motivación e interés para hacer frente a la tarea.
  • Las estrategias que empleamos: se refiere al conocimiento de procedimientos y estrategias que poseemos para hacer frente a las tareas que emprendemos (estrategias de atención, de memorización, de organización, de comprensión, etc.).
  • La tarea a la que nos enfrentamos: son los conocimientos que poseemos de la tarea que hay que realizar y ésta en relación con nuestras características personales. Se distinguen a su vez dos categorías: a) el conocimiento acerca de la información involucrada en la tarea (la información es sencilla, compleja, etc.) y, b) el conocimiento sobre las demandas implicadas en la tarea (qué se exige en la tarea, qué implica su realización, etc.).

Junto a este componente necesario de conocimiento, las técnicas metacognitivas nos permiten autorregular, controlar o supervisar nuestra forma de conocer, aprender o estudiar. Esta capacidad de autorregulación requiere:

  • Planificar o predecir las consecuencias de una acción o suceso: ¿qué voy a hacer?, ¿cómo lo voy a hacer?, ¿qué pasará si lo hago de esta… o de esta otra forma…?
  • Controlar la actividad en curso, junto con los intentos deliberados de revisión y rectificación con el fin de aprender o solucionar problemas surgidos sobre la marcha: ¿cómo de bien o mal lo estoy haciendo?, ¿qué puedo hacer por mejorarlo?, ¿cómo lo estoy haciendo?, ¿estoy alcanzado lo que me había propuesto, o lo que me pide la tarea?
  • Evaluar los resultados obtenidos al final de la tarea. ¿lo he hecho bien-mal?, ¿me encuentro satisfecho?, ¿qué voy a hacer la próxima vez?….

Para poder regularnos es necesario y de forma inexcusable conocernos (el sujeto, el contenido, la tarea, las estrategias…) Sin embargo, el hecho de que se la persona posea conocimientos acerca de su forma de estudiar, de la tarea que debe realizar o de las estrategias no se traduce en una técnica metacognitiva, para ello se requiere la implicación de la regulación que el sujeto ejerce sobre los mismos

Fuente: Entrenamiento en competencias para el estudio autorregulado a distancia de la UNED, licencia Creative Commons License 2.5.