Aromáticas y medicinales
Con la edad moderna, la revolución industrial y el desarrollo tecnológico, en el siglo XX se ha logrado un avance significativo en los conocimientos científicos.
Tanto, que en los sectores de la agricultura y la economía se supero el diagnóstico pesimista del ingles Thomas Robert Malthus sobre escases de alimentos.
Pero esta progresión geométrica de la tecnología trajo consigo un gran distanciamiento de la relación primitiva hombre-naturaleza, por que el agricultor, que se había identificado tanto con el reino vegetal, al conseguir más descubrimientos en geometría, astronomía y otras áreas del saber, y generar con ellos mayor cultura, ante la necesidad tecnológica y comercial, dejo de identificarse con las plantas.
En esta alineación, las plantas más olvidadas fueron las medicinales, por la naturaleza misma de su acción privilegiada, pues la industria farmacéutica se desarrolló de modo notable al sintetizar en el laboratorio los mismos elementos químicos que la naturaleza crea en su fabrica natural de hojas, tallos y raíces de plantas «insignificantes». Esto condujo al desuso de estas, e inclusive su recolección y preparación llegaron a ser estigmatizadas como arcaísmo y brujería.
Algunos ejemplos de estas son: la albahaca, el anís, la borraja, el cardamomo, la hierbabuena, el hinojo, la ipencacuana, la limonaria, la manzanilla, la ortiga blanca, el perejil, el romero, la ruda, el tilo, la zarzaparrilla.
Fuente: Apuntes de Producción Agroindustrial de la Unideg