La función de la Comisión del Codex Alimentarius ha evolucionado en consonancia con el desarrollo del propio Codex. La tarea de crear un código alimentario es inmensa y, debido a la labor constante de investigación y desarrollo de productos, prácticamente inacabable.
La finalización de las normas alimentarías y su compilación en un código creíble y autorizado exigen amplias consultas, así como la recogida y evaluación de información, seguidas de una confirmación de los resultados finales y en ocasiones de una fórmula de compromiso objetiva que satisfaga diferentes opiniones racionales y basadas en principios científicos.
Crear normas que, a la vez, protejan a los consumidores, aseguren prácticas equitativas en la venta de alimentos y faciliten el comercio es un proceso en el que intervienen especialistas en numerosas disciplinas científicas relacionadas con los alimentos, junto con organizaciones de consumidores, industrias de la producción y la elaboración, responsables del control de los alimentos y comerciantes.
A medida que aumenta el número de personas que intervienen en la formulación de las normas y que el Codex Alimentarius incluidos los códigos y recomendaciones afines abarca más terreno , se conocen mejor las actividades de la Comisión y se intensifica y amplía su influencia.
El Codex Alimentarius comprende:
a. Normas alimentarías para productos (237)
b. Códigos de prácticas de higiene o tecnológicas ( 41)
c. Plaguicidas evaluados (185)
d. Límites para residuos de plaguicidas (3 274)
e. Directrices para contaminantes (25)
f. Aditivos alimentarios evaluados (1 005)
g. Medicamentos veterinarios evaluados (54)
Fuente: Análisis del proceso de los alimentos de la UNIDEG