Implementación de la decisión
Si se considera que la labor del gerente, en esta fase del proceso, ha pasado por lo más importante, la experiencia demuestra lo contrario. Las mejores decisiones requieren de una implementación aún más exigente.
El gerente que sólo se preocupa por tomar las decisiones y no se preocupa de su implementación, se ha quedado a la mitad del camino.
Todo ello significa que no llegará a cumplir con el propósito inicial: tomar las mejores decisiones para resolver el problema, por lo que se quedará en la fase de las buenas intenciones.
Fuente: Apuntes de Administración V de la FCA de la UNAM