La operatividad de los grupos dentro de la organización y su importancia
Las funciones del grupo son los comportamientos establecidos que se esperan de un empleado que ocupa un determinado puesto en la organización.
Estos comportamientos son muy variados: incluyen las obligaciones laborales y extracurriculares. Muchas veces, las expectativas de las funciones se comunican mediante especificaciones, reglas y reglamentos laborales escritos.
Naturalmente, la forma en que se comunican las funciones pueden provocar conflictos operativos y ambigüedad así como específicas por cultura.
Por ejemplo, en el sureste de Asia las funciones son menos definidas. Todo parece indicar que las cosas se definen por medio de la comunicación verbal, más que por medio de lineamientos comunes explícitos, que suelen resultar especialmente difíciles para los occidentales.
Las funciones tienen algunas características diferentes. La identidad la construyen las actitudes y los comportamientos constantes en determinada función.
Puede estar en constante cambio o ser muy estable; también es posible que sea muy clara o bastante ambigua. La percepción de la función es la forma en que la ven tanto quien la desempeña como los integrantes del grupo.
Las expectativas de la función son la forma en que la gente cree que se debe actuar en esa situación.
En gran medida, los estereotipos de funciones son expectativas de funciones concentradas en categorías generalizadas. La ambigüedad de funciones ocurre cuando los objetivos y métodos de trabajo no son claros.
La función orientada a la tarea de los miembros facilita y coordina las tareas de toma de decisiones:
– Los iniciadores ofrecen nuevas ideas o formas modificadas de considerar los problemas u objetivos del grupo, además de sugerir soluciones a sus dificultades, incluidos nuevos procedimientos u organización del mismo.
– Los recopiladores de información tratan de aclarar las sugerencias y recabar hechos autorizados y pertinentes. – Los transmisores de información ofrecen datos o generalizaciones que son autorizadas o que evalúan las experiencias relacionadas con los problemas del grupo.
– Los coordinadores aclaran las relaciones entre las ideas y las sugerencias, las amalgaman y coordinan las actividades de los miembros.
– Los evaluadores califican las operaciones del grupo; pueden evaluar o poner en tela de juicio la viabilidad, lógica, información o sugerencias de otros miembros.
La función orientada a las relaciones de los miembros establecen actividades, sentimientos y puntos de vista centrados en el grupo:
– Los promotores aprueban, aceptan y ratifican las ideas de otros; se muestran cordiales y solidarios con otros miembros.
– Los armonizadores operan como mediadores entre grupos y liberan las tensiones.
– Los guardabarreras fomentan la participación de los demás con comentarios como ¿tú qué piensas?, ¿por qué no limitamos el tiempo de participación para que todos podamos expresar nuestra opinión acerca del problema? y ¿estás de acuerdo? – – Los fijadores de estándares se refieren a los estándares que debe alcanzar el grupo o hay que aplicar cuando se evalúa la calidad de los procesos de grupo, hacen preguntas sobre los objetivos grupales y evalúan sus movimientos a la luz de las metas.
– Los seguidores actúan pasivamente y son miembros amigables.
– Los observadores de grupo tienden a permanecer al margen del proceso grupal y proporcionan retroalimentación sobre el mismo, como si fueran evaluadores imparciales.
La función orientada a sí mismo se centra sólo en las necesidades individuales de los miembros, posiblemente a expensas del grupo:
– Los bloqueadores son negativos, obstinados e irracionalmente resistentes; por ejemplo, es posible que traten repetidas ocasiones de volver a hablar de algún asunto que el grupo considere cuidadosamente e intencionalmente eliminado.
– Los buscadores de reconocimiento tratan de que los demás se reparen en ellos; es posible que alardeen, que hablen de sus logros personales, que lo hagan de formas poco convencionales y que traten de evitar que los coloque en puestos inferiores.
– Los dominantes tratan de imponer su autoridad manipulando al grupo o a algunos de sus miembros; es posible que se jacten o presuman de su estatus superior o su derecho a recibir atenciones y pueden interrumpir las participaciones de los demás.
– Los elusivos guardan su distancia respecto de los demás; estos practicantes de la resistencia pasiva tratan de evitar la interacción.
Fuente: Apuntes de la materia Psicología del trabajo de la facultad de contaduría y administración, UNAM