Las adicciones dentro de la organización y su repercusión en el desempeño laboral
El alcoholismo presenta un problema médico y de trabajo muy importante de modo que los patrones deben elaborar normas y programas responsables para resolverlo sin poner en peligro los derechos a la intimidad.
Se ha calculado que entre 5 y 10% de los empleados son alcohólicos, y que le cuestan a la empresa mas de 10 mil millones de dólares al año a causa del ausentismo, trabajo deficiente, productividad perdida y costos relacionados.
Los índices de ausencia por parte de los trabajadores alcohólicos son de dos a cuatro veces superior a los del resto del personal.
Contrariamente a la creencia popular, los alcohólicos se encuentran más o menos en la misma proporción en todas las clases de industrias, tipos de ocupación y niveles de empleo.
En algunas ocasiones el ambiente del trabajo suele contribuir al alcoholismo de los empleados, pero los hábitos y los problemas personales son también causas importantes. En muchas circunstancias, estos ya tenían un alto grado de alcoholismo cuando fueron contratados por la empresa.
El abuso de otras drogas, además de alcohol, sobre todo de las que se consideran fuertes como la heroína, suelen causar problemas graves tanto para patrones como para empleados.
La gravedad del problema de las drogas fuertes quedó demostrada en una encuesta realizada entre 95 adictos, casi siempre a la heroína, que trabajan durante el periodo en que las usaban: un total de 91 de ellos declaró que habían estado bajo la influencia de ellas durante las horas de trabajo, y 40 afirmaron que las habían ingerido en los baños de la compañía.
Otro aspecto que resulta más grave aún desde el punto de vista de otros empleados, es que 48 de los drogadictos dijeron que habían vendido algunas a otros trabajadores, y 68 especificaron clases de actividades delictivas dentro del trabajo.
Por ejemplo, 28 de ellos manifestaron robos de efectivo o cheques del patrón y/o los empleados, y 37 admitieron haber robado material de la empresa con el fin de poder seguir adquiriendo heroína.
Estas estadísticas revelan que el patrón de conducta de los adictos a drogas fuertes constituyen una amenaza grave para cualquier organización.
Los programas de la compañía para tratar el abuso de las drogas que no sean el alcohol, sigue por lo común los mismos patrones que los del alcoholismo, excepto que debe ser mas estricto debido a la mayor probabilidad que tiene el drogadicto de incurrir en un comportamiento delictivo dentro del trabajo.
La mayoría de las compañías combinan el tratamiento del alcoholismo, la drogadicción y problemas conexos en un solo programa para tratar a los individuos con problemas médicos y conductuales. Normalmente, el programa se refiere tanto a la prevención como al tratamiento.
Hay muchas empresas que muestran recalcitrantes a contratar a ex drogadictos; otras, reconociendo la necesidad de brindar empleo a los que se han rehabilitado han comenzado a experimentar con programas de empleo minuciosamente controlados.
Por ejemplo, una compañía contrato a ex adictos a la heroína ya rehabilitados, con la condición de que llevarán regularmente muestras de orina para sus análisis, con el objeto de la seguridad de que no volverían a usar heroína u otras drogas fuertes.
¿Se podría considerar esto como una violación indebida del derecho a la intimidad, o esta justificado en vista del peligro del comportamiento delictivo si el empleado vuelve a utilizar drogas fuertes?
Fuente: Apuntes de la materia Psicología del trabajo de la facultad de contaduría y administración, UNAM