Técnicas de repaso
El olvido es un proceso de deterioro o pérdida de los conocimientos adquiridos. Suele ser un fenómeno normal en el ser humano, pero tiene un carácter selectivo. El proceso por el cual olvidamos es el siguiente:
1º Aprendemos lo más y menos importante.
2º Retenemos lo necesario, y
3º Olvidamos parte de ello, ya sea por desgaste del tejido cerebral, porque no lo utilizamos, porque no lo repasamos con frecuencia, o por interferencia con otros conocimientos nuevos.
Por tanto, el repaso es fundamental porque si no lo hacemos, olvidamos prácticamente el 80% de lo estudiado. Ahí está la cuestión: ¡olvidamos muy rápido!.
Es muy útil ver la Curva del Olvido . En ella puede verse con claridad cómo los conocimientos aprendidos se van olvidando progresivamente, si no se repasan. De ahí, que insistamos en la periodicidad con que han de hacerse los repasos.
Por lo tanto, para aprender algo es imprescindible repetir lo aprendido. Es decir, se trata de pasar los conocimientos de la MCP (memoria a corto plazo) a la MLP (memoria a largo plazo) mucho más duradera e ilimitada.
¿Qué se debe repasar?
No se debe repasar nunca por el libro de texto. Se debe repasar exclusivamente el esquema o resumen que hayamos realizado del tema. Si no, estaríamos haciendo un 2º estudio. Se trata de repasar los contenidos básicos de cada tema. De esta forma, los repasos son mucho más rápidos que el estudio y, por tanto, pueden ser más frecuentes y rápidos.
¿Cómo organizamos los temas o asignaturas que tenemos que repasar?
En el repaso, es mejor NO VARIAR DE ASIGNATURA. En el estudio, SI es recomendable variar, pero en el repaso NO. Por tanto, como tendremos varias asignaturas y cada asignatura varios temas, debemos organizar el tiempo del que disponemos y el número de esquemas/resúmenes a repasar. En función de eso, organizaremos una distribución adecuada, teniendo en cuenta que deben hacerse, al menos, 3/4 repasos. Por otro lado, hay que repasar en función del tipo de examen.
¿Cuándo hay que repasar?
Hay que repasar en las primeras horas después del estudio (memorización) con los métodos de la repetición-recitación. Recordemos la Curva del olvido que hemos explicado anteriormente, y que nos decía que a los 7 días del estudio, hemos olvidado un 50%. Si esto es así, lógicamente debemos repasar antes. Por tanto, los repasos deben ser más frecuentes cuanto más próximos nos encontremos a la primera sesión de estudio.
Como norma general, para evitar el olvido, se ha de procurar revisar el material dentro de las 24 horas siguientes al estudio, y cuantas más veces mejor, con el fin de lograr un afianzamiento de lo aprendido anteriormente.
En definitiva, el repaso es una técnica que combate el olvido y fortalece las huellas de la memoria. Por ello, es importante conocer las Curvas que indican la evolución de los datos memorizados sin repasar y repasando adecuadamente.
Resumiendo:
- 1º Repaso: nada más estudiar el tema
- 2º Repaso: al día siguiente.
- 3º Repaso: a la semana.
- Siguientes Repasos: planificarlos según la fecha de examen. Distanciarlos cada 30/40 días.
- Últimos repasos: en los días anteriores al examen.
Es decir, debe hacer un repaso a corto, medio y largo plazo. Un repaso que vaya desde el día del estudio hasta la víspera del examen, como mínimo.
La investigación psicopedagógica han demostrado que se aprende mejor en pequeños intervalos que en prolongadas sesiones de estudio. También se ha demostrado que, si se estudia un tema en tres sesiones distintas en lugar de en una única, se tarda la mitad del tiempo, es decir, ahorramos un 50% del mismo.
Fuente: Entrenamiento en competencias para el estudio autorregulado a distancia de la UNED, licencia Creative Commons License 2.5.