Técnicas de trabajo colaborativo
Para sacar todo el partido a este tipo de enseñanza a distancia en un contexto colaborativo es necesario definir y explicar en qué consiste el trabajo colaborativo . Éste no se produce sólo porque existan unas personas que se han hecho llamar “grupo o equipo”, sino que se produce cuando los alumnos se ayudan unos a otros para conseguir unos objetivos individuales y comunes, y donde lo que haga cada uno en particular repercute en los demás.
Entre los beneficios del trabajo colaborativo o cooperativo encontramos los siguientes:
- Primero, proporciona un marco idóneo para que desarrolles un mayor aprendizaje, resolución de dudas y más apoyos explicativos, aprendizaje autorregulado y un mejor rendimiento. El que los propios alumnos tutoricen o expliquen a otros compañeros les obliga a realizar una mejor estructuración de sus conocimientos y capacidades y, viceversa, el resto de alumnos se benefician de una fuente más cercana de las explicaciones de los temas. La tutoría de pares se considera una modalidad incluida en el aprendizaje cooperativo. Aún compartiendo los mismos principios, la tutoría de pares se caracteriza por la guía y supervisión por parte de un “alumno-tutor” actuando como un modelo próximo de aprendizaje. Los alumnos se pueden distribuir este papel en función de la competencia que tengan en una determinada materia. (Mientras un alumno puede actuar de alumno-tutor en la asignatura de “Italiano” otro alumno del grupo puede actuar y responsabilizarse de “Matemáticas” porque se le dan bien).
- Segundo, provoca también efectos afectivos y motivacionales. Aquellos alumnos inmersos en prácticas de trabajo cooperativo atribuyen sus éxitos y fracasos a causas internas y modificables (como el esfuerzo individual o al del grupo), aumentan su percepción de auto-competencia y se incremente su motivación hacia el estudio.
Los requisitos necesarios para poner las bases para el trabajo cooperativo son:
- Establecimiento de unas normas más o menos explícitas: todo grupo requiere de unas normas de funcionamiento. En la medida en que los componentes colaboran en el establecimiento de dichas normas, su cumplimiento y respeto hacia las mismas será mayor.
- Cauces de diálogo y comunicación: Para poder trabajar en grupo en necesario poseer los recursos necesarios para ello, bien de forma presencial como para el trabajo colaborativo on-line.
- Establecimiento de roles: en el grupo: se pueden establecer unos roles en casa de que sea necesario, es decir, a cada persona se le asigna un papel para el correcto funcionamiento del grupo. Estos roles pueden ir rotando a lo largo de la vida del grupo.
- Asumir el valor de grupo: durante el trabajo cooperativo prima la globalidad frente a la individualidad, es decir, hay que reforzar el valor de “equipo” y transmitir a los alumnos que los resultados obtenidos por el grupo depende de ellos como unidad, y no de la suma de sus individualidades. Se genera lo que se denomina una “interdependencia positiva”, esto es, querer trabajar entre compañeros.
Cualquier intento de trabajo cooperativo sin considerar algunos aspectos básico previos (como los aquí descritos) puede llevar al alumno a confirmar la idea errónea de la dificultad de emplear el aprendizaje cooperativo así como de la ineficacia de su resultado.
Para iniciar una propuesta de trabajo cooperativo es imprescindible un proceso de implementación que vaya de lo más simple a lo más complejo tanto en lo que respecta a lo organizacional y estructural como lo referido al contenido y grado de profundización. En un intento de dar menos peso al trabajo puramente individual e implementar el trabajo en equipo podemos iniciar el proceso “trabajando de manera individual pero dentro de un grupo” , esto es, organizar un espacio común en el que compartir información para trabajar (compartir preguntas de exámenes de otros años, resúmenes hechos por otros compañeros, etc).
Sin embargo, el trabajo cooperativo no es sólo una mera transmisión de información. Para que ésta no sea útil debemos hacerla nuestra. Por ejemplo: Los mapas conceptúales o los esquemas se convierten en una herramienta muy útil para plantear esta forma de trabajo. En un grupo de 5 personas podría proponerse la siguiente secuencia: a partir de un tema de estudio, primero, de manera individual, se puede realizar el esquema o el mapa conceptual. A partir de los mapas elaborados individualmente se propone que en grupo elaboren uno en común. En esta actividad se vivencia que el mejor de los trabajos individuales es superado por el trabajo en equipo. Otras veces, para agilizar el proceso, la realización del esquema completo puede disminuir en número de personas.
Las tareas que deben realizarse para poner en marcha el trabajo cooperativo son:
- Establecimiento de las normas: normas a las que deben comprometerse los alumnos al iniciar un trabajo en grupo (pueden ser dadas por el profesor, o por los componentes del grupo).
- Composición de grupos: los alumnos pueden formar parte de diferentes grupos (equipos esporádicos o puntuales; equipos a lo largos del curso, ser un alumno-tutor).
- La organización interna de los equipos: Supone el establecimiento de roles y funciones. Por ejemplo: responsable, secretario o moderador dentro del grupo, buscador de información útil para la asignatura, responsable del material, mediador con el profesor, etc.
- Programación: elaboración del “plan de trabajo”. Implica la selección del tema objeto de estudio (Ejemplo: Asignatura: “Modelos de Orientación”, la planificación de las sesiones (10 temas de desarrollo en el primer parcial; los objetivos de aprendizaje y los contenidos: Elaboración de diferentes formas de organización de los 10 temas: mapas conceptuales y resúmenes; elaboración de preguntas tipo test).
- Evaluación: es importante que el grupo evalúe su funcionamiento (antes, durante y después del objetivo que se quiere alcanzar) con objeto de adoptar las modificaciones pertinentes para ese fin.
Fuente: Entrenamiento en competencias para el estudio autorregulado a distancia de la UNED, licencia Creative Commons License 2.5.