Tierras públicas
Ahora bien, dentro del propio calpulli existían tierras públicas como las teotlalli o Teopantlalli, las cuales estaban formadas por parcelas localizadas en cada comunidad o calpulli y que trabajaban en común los habitantes, quienes entregaban los productos exclusivamente a los templos.
Es decir, el calpulli estaba formado por tierras en posesión privada y comunal. Independientemente de las tierras poseídas en forma comunal (calpullalli), existía una división de tierras públicas o tierras de la ciudad que eran las siguientes:
– Altepetlalli. Tierras administradas por el estado, también denominadas altepemilli; es decir, las tierras sementeras de la ciudad. se dividían en varias clases.
– Teopantlalli o tierra de los templos. Destinadas a sufragar los gastos de manutención del cuerpo sacerdotal, los de reparación y conservación de los templos y los de las celebraciones religiosas. Estas tierras comúnmente eran de excelente calidad y abarcaban una gran extensión.
– Tlatocatlalli o tlatocamilli. Es decir, tierras o sementeras del señorío, llamadas también itónalintlacatl o tierras del destino del señor o tlatoque (gobernante).
Se arrendaban para sufragar los gastos del palacio, entre otros los de alimentar a los huéspedes, a los pobres y a los principales. Estaba prohibido disponer de ellas incluso al gran tlatoani, a menos que pagara el arriendo correspondiente.
– Tecpantlalli. Tierra de los templos cuyos frutos eran aprovechados para el sostenimiento de los servidores del palacio, denominados tecpanpouhque o tecpantlacah.
Al igual que en las Tlatocatlalli, los derechos de estas tierras pasaban a los sucesores en el cargo que también era hereditario. Pero las tierras no podían cederlas a su arbitrio ni tampoco se excluía la posibilidad de perder sus derechos.
– Tecuhtlatoque o tierra de los jueces. Eran tierras señaladas por el tlatoani como pago a los servicios de estos dignatarios. La asignación se hacía con respecto al cargo y a su labor con base en el arrendamiento (millanehuiliztli).
– Milchimalli y cacalomilli. Eran las tierras señaladas por el tlatoani para satisfacer el aprovisionamiento durante las guerras. Al parecer la única diferencia entre ellas era que las primeras eran para hacer tortillas de maíz tostadas, y con las segundas grano tostado, con el que se preparaban ciertas bebidas.
– Yoatlalli o tierras del enemigo. Eran las ganadas en la guerra. De ellas, las mejores pertenecían al imperio y el resto se daba a los señores naturales que habían ayudado con sus personas y vasallos en la conquista de los pueblos derrotados.
Fuente: Apuntes de Producción Agroindustrial de la Unideg