Casos especiales de acentuación

Acento, rasgo prosódico mediante el cual se destaca una sílaba de una palabra frente a las demás que la componen o una unidad lingüística frente a otras de su mismo nivel.

Cuando se escucha un mensaje, no se perciben todos los sonidos de cada unidad ni de cada frase por igual; el tono, el timbre, la intensidad y la cantidad hacen que unos sonidos resalten más que otros, estableciéndose un claro contraste entre ellos.

Al hablar se agrupan los sonidos en sílabas para formar las palabras, haciendo recaer en una de ellas el acento principal (sílaba tónica o fuerte); las demás llevan un acento secundario (sílabas átonas o débiles).

En algunas lenguas, como la francesa, la checa o la polaca, el acento ocupa siempre la misma posición; son idiomas de acento fijo. En latín, que distinguía entre vocales largas y breves, el acento se situaba en la penúltima sílaba si la vocal de ésta era larga, pero, si era breve, el acento pasaba a la antepenúltima, por lo cual era un acento condicionado.

En la española, inglesa o italiana el acento es libre, puede ocupar dos o tres posiciones diferentes.

Al pluralizarse, las palabras conservan el acento —prosódico u ortográfico— en la misma sílaba que lo tenían en singular.

Ejemplos:

mártir — mártires
corazón — corazones

Sin embargo, existen tres excepciones:

carácter — caracteres
régimen — regímenes
espécimen — especímenes