Estrategia de articulación e integración económica regional y sectorial

La insuficiente articulación de algunas de las cadenas productivas que integran el tejido industrial del país requiere urgentemente fortalecer los eslabones que las conforman para convertirlas en detonadoras del desarrollo regional, del mercado interno y de la generación de más y mejores empleos.

El reto consiste en convertir a las cadenas productivas agroindustriales, industriales, comerciales y de servicios en verdaderos componentes estratégicos regionales, sectoriales e individuales, a través de fomentar la cultura del asociacionismo, la formación de proveedores permanentes para la industria y el comercio, la reactivación de cadenas productivas sectoriales, así como la atracción de flujos cada vez mayores de capital a las regiones y sectores estratégicos.

En cuanto a la integración vertical, se debe promover que las empresas se orienten a nichos específicos de mercado, en donde sean competitivas y exitosas. Las grandes empresas no cederán sus competencias clave, pero requiere de proveedores de menor tamaño para su producción.

Esto puede fomentar las competencias propias de las empresas, mejorando tanto su competitividad como la de la gran empresa con la cual se vincule.

El fortalecimiento de las cadenas productivas es una oportunidad de desarrollo de las empresas, ya que si sus procesos se especializan lo suficiente se genera una complementariedad que beneficia ambas partes, en vez de competir con los procesos estandarizados de las grandes empresas.

Además de los beneficios intrínsecos de la especialización, estos encadenamientos promueven el flujo de conocimiento y la transferencia tecnológica de la empresa líder hacia las empresas proveedoras, fomentando que éstas sean parte del sistema de innovación.

En este sentido, la articulación e integración económica regional y sectorial tendrá como eje la integración de cadenas productivas, en donde la participación de los agentes de generación y difusión de conocimiento es de vital importancia como multiplicadores de apoyo.

Fuente: Apuntes de Macroeconomía de la FCA de la UNAM