Introducción a la preprensa digital

La preprensa digital es el conjunto de procesos posteriores al diseño operados por medio de una computadora y previos a la impresión. Empieza cuando el diseñador termina el proceso creativo. Termina cuando se entrega el material para entrar a impresión (Películas y Pruebas de Color).

La responsabilidad y los cuidados para un óptimo resultado de preprensa digital, comienzan en el trabajo del diseñador antes de mandar los archivos a salida y terminan en la prensa misma.

Esto se traduce a que desde que se esta diseñando se debe cuidar de utilizar los perfiles de color adecuados, que se aplique el trapping u overprint cuando sea necesario, que se manden los archivos completos, en un medio adecuado y en buenas condiciones, es decir que vayan todas las fuentes, archivos, ilustraciones, encapsulados, etc. y que estos vayan correctamente, o sea, bien compaginados, con rebases, todos los archivos en colores CMYK, etc.

Es muy importante que las fuentes funcionen correctamente ya que existen algunas con limitantes. También debemos de conocer la forma y los materiales en que se va a imprimir el trabajo para decidir a que resolución y que tipo de película se va usar. No es lo mismo imprimir en offset, flexografía o serigrafía, y la calidad del papel igualmente variará nuestra decisión así como en algunos casos el tipo o marca de tintas será una variante en el trabajo de preprensa.

La preprensa ha pasado por años difíciles. Intrusismo, nuevas tecnologías y nuevas inversiones, guerra de precios, escasez de trabajo, todos ellos han sido factores determinantes en un proceso en el que sólo los más audaces -y más profesionales- han sobrevivido. Parece que estamos al final del túnel y, cuando menos, este proceso ha servido para poner a cada uno en el lugar que le corresponde.

Ha llegado el momento de la reflexión y sobretodo, de afrontar el futuro. La guerra de los precios parece haber tocado fondo, los márgenes de utilidad se han ya ajustado y ya no queda esperar más en ese sentido. Para ello han sido necesarias grandes inversiones encaminadas a optimizar los procesos y aumentar la productividad. Este es el momento de recoger el fruto de todo ese esfuerzo, y para ello necesariamente hay que centrar toda la atención y los recursos en mantener la calidad y el servicio.

Ese es ahora el reto. Durante estos años se ha caído con demasiada frecuencia en la mediocridad y en el “todo se vale”. No hay que responsabilizar de ello sólo al sector de las artes gráficas, buena parte de la culpa la ha tenido el cliente, obsesionado por conseguir precios baratos aunque ello fuera en detrimento del producto final. No tiene sentido seguir lamentándose, atrás han quedado las épocas de alegrías económicas para el sector, y hay que centrarse en la competitividad. Y eso se traduce en precio, pero sobretodo en calidad y capacidad de respuesta.

Fuente: Materia de Preprensa Digital de la Universidad de Londres