El habla (Heidegger)

Martin Heidegger

El hombre habla. Hablamos en la vigilia y en el sueño. Hablamos siempre; inclusive cuando no pronunciamos ninguna palabra y únicamente escuchamos o leemos; inclusive cuando ni escuchamos verdaderamente ni leemos sino cuando nos dedicamos a algún trabajo o nos entregamos al descanso.

De alguna manera hablamos siempre. Hablamos porque el habla nos es natural. No surge recién de un querer especial. Se dice que el hombre posee el habla por naturaleza. La doctrina tradicional afirma que el hombre, a diferencia de las plantas y los animales, es el ser vivo capaz de habla.

Esta afirmación no significa solamente que el hombre, junto a otras capacidades, posee la de hablar. La afirmación quiere decir que es sólo la palabra la que posibilita al hombre ser el existente que es como hombre. En tanto hablante el hombre es hombre. Wilhelm von Humboldt ha dicho eso. Queda si embargo por meditar lo que esto significa: el hombre.

En todo caso pertenece el habla a la vecindad más próxima del ser del hombre. El habla se encuentra en todas partes. De allí que no sea sorprendente que el hombre, en cuanto pensando mira alrededor suyo, hacía lo que es, de inmediato encuentre el habla para determinarla de manera decisiva de acuerdo a lo que se muestra de ella.

La reflexión busca hacerse de una representación de lo que es el habla en general. Lo general, lo que vale para toda cosa, se denomina la esencia.

Lo que vale universalmente en el representar general es, según el juicio dominante, la característica fundamental del pensar. Tratar del habla pensando significa en consecuencia: dar una representación de la esencia del lenguaje y ésta delimitarla adecuadamente de otras representaciones.

Algo semejante parece buscar también esta conferencia. Sin embargo, el título de ella no es: sobre la esencia del habla. Es solamente: el habla.

Decimos “solamente” y a pesar de ello le ponemos a nuestra empresa un título manifiestamente más presuntuoso, como si nos conformáramos con aclarar algunas cosas sobre el habla. Sin embargo, hablar sobre el habla es tal vez inclusive peor que escribir sobre el silencio.

No queremos asaltar el habla para encerrarla en representaciones previamente establecidas. No queremos reducir la esencia del habla a un concepto de manera a que éste proporciones una visión universalmente utilizable que tranquilice todo representar.

Fuente: Apuntes Análisis del discurso visual de la U de Londres